Dirección: Avda. Mcal. Lopéz
Teléfono: (+59521) 526 535
Encargado: Sr. Pedro Cristaldo
Horario: 7:00 Hs. a 15:00 Hs. Lunes a Viernes
Cuenta con cursos de
Aregua
Fue fundada por el Gobernador Domingo Martínez de Irala entre los años 1537 y 1540. Está ubicada a orillas del lago Ypacaraí, a 28 kilómetros de Asunción y actualmente es la capital del Departamento Central.
Está rodeada de los cerros Kôi y Chororî, declarados ambos Monumentos Naturales.
Considerada como la Ciudad de la Frutilla y de la Artesanía (Cerámica), cuenta con numerosos atractivos turísticos. Llegando de Luque, Capiatá o Ypacaraí uno se encuentra con nobles bosques que abrazan cada una de las entradas de Areguá. El lago y los cerros conforman una sinfonía para los ojos, dirigida por el sol al caer; desde la explanada de la iglesia, en la loma, los visitantes pueden ver inolvidables atardeceres. Para llegar a la iglesia desde el lago uno pasa al lado de la histórica Estación de Ferrocarril y cerca del afamado Castillo de Carlota Palmerola; el visitante sube la Avenida Mcal. Estigarribia a la sombra de los frondosos árboles de su paseo central viendo las antiguas casonas al lado del romántico empedrado de las fantásticas piedras hexagonales obtenidas de los cerros.
Historia de la Alfareria
La alfarería llegó a Areguá para quedarse de la mano del artesano español Ricardo Pérez. Cuenta la historia que Pérez fue la persona que salvó de una muerte segura al Gral. Bernardino Caballero tras esconderlo en uno de sus hornos de leña en su casa de Cerrito, Chaco. Así pudo escapar de los soldados aliados que lo seguían durante la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870). Una vez en la presidencia de la República, Bernardino Caballero visitó nuevamente el rancho chaqueño de Ricardo Pérez para agradecerle el noble acto en que le salvó la vida. El español le solicitó tierras en donde instalarse y explotar la alfarería que era su pasión. Así fue como llegó a la compañía aregüeña de Isla Valle a orillas del Lago Ypacaraí, zona en donde abundan la arcilla y el caolín, principales ingredientes el trabajo de alfarería.
Ricardo Pérez, tras asentarse en sus tierras, enseñó a los pobladores el arte de la cerámica para que de ella puedan mantenerse en aquellas épocas difíciles de la nación. A finales del siglo XIX introdujo el primer torno a patada que estuvo a cargo del primer artesano aregüeño Enrique Salas. Por citar algunos de los artesanos destacados que pertenecieron a la primera remesa de aprendices de don Pérez se encuentran Juan von Schmeling, Aurelio Maqueda, Nenito Alarcón y José Domingo Villasboa.